¿QUÉ TIPO DE AGRICULTURA NECESITAMOS?

Se ha dicho que la agricultura nació y se desarrollo junto a la civilización, así como se ha dicho que es arte de cultivar la tierra para la obtención de productos, que son la base de la alimentación del hombre.
Como se sabe el principal objetivo de todo ser vivo es sobrevivir y hacer que sus descendientes lo hagan y para lograr este objetivo surge la necesidad de alimentarse. El hombre como cualquier otro ser vivo no es ajeno al objetivo de la vida, pero además de ello el hombre está dotado de su “magnifica inteligencia”, lo que lo hace diferente al resto de seres vivos. Es esta inteligencia que junto a la necesidad de alimentarse, que es producto del querer alcanzar el objetivo de la vida, han permitido los grandes logros científicos y tecnológicos que se dispone en la actualidad, siendo uno de ellos la agricultura.
Las grandes civilizaciones del pasado en gran medida practicaron una agricultura ecológica,  pues el desarrollo de esta actividad estuvo de acorde a los sistemas naturales. Por ejemplo en Egipto los cultivos dependían del aumento del caudal del Nilo, en el Tahuantinsuyo los cultivos dependían de la desglaciación de los nevados y los aztecas dependían de los lagos para sus cultivares en sus famosas Chinampas. Esta dependencia determino un gran respeto hacia la naturaleza, que fue traducido en la atribución del papel de dioses a las montañas, lagos, ríos, astros, etc. La presencia de cualquier fenómeno natural en aquellas épocas era motivo de preocupación y sacrificios. Hoy en día al parecer los humanos no respetamos al planeta, al contrario somos los seres más ingratos con ella, nos damos el lujo de contaminar el aire y no hacer nada para minimizar el impacto que causa, contaminamos los ríos y no pensamos en los seres vivos que dependen de ella, contaminamos el suelo para supuestamente obtener una mayor productividad y no pensamos en que ese suelo en un mediano plazo será inutilizable; los seres vivos grandiosamente más inteligentes al parecer estamos usando nuestra virtud a favor destrucción de nuestro hogar y el hogar de los descendientes de nuestra especie.
El tema del desarrollo de la agricultura ecológica, no es un tema nuevo, por el contrario a nuestro criterio seria un tema olvidado y que merece ser tomado nuevamente en cuenta. Como se menciono anteriormente en el pasado, las grandes civilizaciones practicaron de manera involuntaria una agricultura ecológica. Esta práctica se dio hasta la conocida revolución industrial, más específicamente hasta la revolución verde, ya que a partir de esta etapa se requirió de una mayor producción de alimentos, que con tecnologías tradicionales eran prácticamente imposibles de lograr. La presencia de insumos agrícolas de síntesis fue la detonante para un cambio total de la agricultura tradicional a la agricultura que hoy en día se conoce y practica en casi todo el mundo.
Una de las principales causas de la necesidad de una mayor producción agrícola es el crecimiento poblacional de la especie humana. Según el banco mundial en el año 2009 la población mundial es de 6 775 235 741 habitantes, 4.76% más con respecto al año 2005 y 11.35% más con respecto al año 2000, y esta tendencia de aumento de la población mundial se va mantener, incluso los índices de mortalidad van disminuir según la tecnología avance.
En los últimos 50 años la producción mundial de alimentos ha aumentado de forma vertiginosa, incluso más que la tasa de la población mundial. Entre 1990 y 1997 la producción per cápita de alimentos creció casi un 25 %, sin embargo, en el mundo aún pasan hambre 830 millones de personas, aproximadamente una de cada siete, lo cual representa a una población mayor a la que vive en Europa. El problema del hambre, como fenómeno grave y generalizado, no se debe a la escasez de alimentos, sino a la pobreza de las poblaciones afectadas, quienes carecen de los medios para adquirirlos. La agricultura convencional, viene demostrando ser no sustentable, los altos costos de los insumos, los problemas ambientales y sociales que ocasiona, aun no nos proporciona datos para el cálculo de cifras referidas a rendimientos y productividad de los cultivos. Además de ella los consumidores no conocemos los costos derivados de consumir alimentos contaminados.
La agricultura tradicional es el sector que más contaminación produce, más aún que las industrias y las municipalidades. En prácticamente todos los países en los que se aplican fertilizantes agrícolas y plaguicidas, se han contaminado acuíferos subterráneos y el agua de superficie. El agua que vuelve a los ríos y arroyos después de haberse utilizado para el riego está a menudo seriamente degradada por el exceso de nutrientes, salinidad, agentes patógenos y sedimentos que suelen dejarla inservible para cualquier otro uso posterior, a menos de tratarla, habitualmente a gran costo,  en instalaciones depuradoras de agua. La contaminación producida por todos los medios, además trae consigo un paquete de problemas ambientales. El calentamiento global es uno de los más notorios.  
Entonces los seres humanos debemos iniciar una etapa de transición, donde se respete a la naturaleza y a los sistemas naturales presentes en ella y se garantice la participación del agricultor para el mejor desarrollo del proceso productivo.  El conocimiento ancestral que se dispone en los campesinos,  que ha ido acumulándose por siglos y que aún se mantiene en el olvido sin valorarse ni evaluarse en su justa dimensión, deben ser tomados en cuenta durante la formación de todo ser humano que será protagonista en el cambio. Las universidades y centros de investigación deben dar importancia al desarrollo científico-tecnológico popular de la agricultura, evaluado los conocimientos de nuestros campesinos e integrando los conocimientos que se disponen en los mismos.  El valorar la agricultura ecológica y sus técnicas, nos permitirá evaluar el conocimiento y destreza presentes en los agricultores durante siglos.

“La tierra no es herencia de nuestros padres, sino  un préstamo de nuestro hijos”

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